Cuando hablamos de tener un tiempo devocional, hablamos de tener un tiempo de comunión con nuestro Dios. Comunión quiere decir tener un tiempo, como lo dice la propia palabra, un tiempo de común unión, estar en sintonía con Dios. Este momento debe ser de enorme importancia para nosotras como hijas de Dios, porque es el tiempo en el que podemos escuchar a nuestro Padre hablarnos y decirnos lo que Él quiere de nosotras, nos habla en intimidad, con amor y nosotras podemos sentirnos en completa confianza de contarle nuestras cosas a Él, es el momento en el que podemos derramar lágrimas, hablar con total transparencia y donde Dios analiza nuestros corazones y nos responde conforme a Su voluntad. La Biblia nos habla de muchos personajes que tuvieron una común unión con Dios, y todos ellos tuvieron hermosos finales, fueron utilizados grandemente por Dios y nosotras no vamos a ser la excepción, Dios tienen preparadas cosas grandes para ti, pero primero necesitas oír lo que Él tien...
Cuando pensamos en el rey David de la Biblia lo primero que se nos viene a la mente es que fue un hombre conforme al corazón de Dios, pero también recordamos la famosa historia que tuvo con Betsabé, sin duda David es un personaje favorito de muchos y sus historias son magnificas. Hoy quisiera que recordáramos a David en una de las situaciones complicadas de su vida, cuando el rey antecesor a él (Saul) lo buscaba para darle muerte y "astutamente" David decidió ir a esconderse donde pensó nunca lo encontrarían. " Y los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿no es éste de quien cantaban en las danzas diciendo: Hirió Saul a sus mil, Y David a sus diez mil?" 1°Samuel 21:11...
Como mujeres muchas veces nos cuesta controlar nuestra boca al momento de hablar, y esto nos pasa a cualquier edad, cuando era niña solía escuchar de mis padres decirme la frase: “eso no se dice” o “esas cosas no las tienes que decir delante de otras personas”. Cuando somos jóvenes y pensamos que tenemos la libertad de decir lo que se nos antoja sin pensar en quien podemos herir a nuestro paso, también tenemos problemas con nuestra boca y nos ganamos enemigas. Y cuando llegamos a una etapa de nuestra vida más estable solemos herir a nuestro esposo con nuestros comentarios fuera de lugar o con frases que son hiriente, muchas veces son ellos los que pagan los platos rotos. La Biblia en el libro de Proverbios, en su último capítulo, nos describe a una mujer que era prudente y de ella podemos sacar muchos buenos ejemplos para nuestro diario vivir, pero hoy te quiero hablar de uno en particular que se encuentra en el versículo 26 de ese capítulo y dice así ese verso: “Abre su boc...
Comentarios
Publicar un comentario